Un triste final
Que se puede decir después de perder una final por 3 a 0 y con Brasil? Cualquier palabra y comentario se rinde ante la realidad que arroja semejante caída.
Verdad hay una sola y es la siguiente: Brasil fue más inteligente, no se equivocó, golpeo en el momento justo y ganó merecidamente el partido.
Pero hay que tener en cuenta que el resultado no hubiese sido el mismo sin ese maldito gol tempranero. Ese gol antes de los 10 minutos que le convirtieron al seleccionado nacional en los dos primeros partidos contra Estados Unidos y Colombia. En las dos ocasiones anteriores se reaccionó a tiempo. En esta también, pero los remates de Riquelme pegaron primero en el palo y después, el arquero brasileño Doni, tuvo su mejor atajada en el certamen.
Encima cuando se moría el primer tiempo y daba la sensación que el empate era cuestión de tiempo viene el gol en contra de Ayala y se terminó todo. En frente no estaba Venezuela sino Brasil y con un planteo muy astuto supo llevar sin sobresaltos el encuentro hasta terminar en goleada.
Pero no se dejen engañar, el primer tiempo tendría que haber terminado igualado sino subiésemos tenido mala suerte. Diferente fue la etapa complentaria donde no se cayó una idea.
El que se quiere quedar con la última imagen lo puede hacer, los bielsistas deben estar contentos con la derrota.
Yo me quedo con lo siguiente: 5 victorias y una sola derrota. 16 goles a favor y 6 en contra en igual cantidad de partidos.
Cosas por mejorar hay muchas, sería de necio no verlo. Unas de ellas, el relajamiento con el que se sale a jugar los primero minutos y las distracciones defensivas. Pero no podemos ni debemos, dejar que un partido, por más que sea la final, tire por la bordo todo lo bien que se hicieron las cosas con anterioridad.